Los vecinos de Cárdenas encienden hogueras en la puerta de sus casas y los niños hacen antorchas con las que van recorriendo el pueblo.
Cuenta una leyenda, que antiguamente hubo una peste en la que murió mucha gente y se pidió a los habitantes que rodeasen el pueblo con antorchas. Con las llamas se pretendía purificar el aire para curar a los enfermos y guardar a los sanos de la peste.